Pues es lo que toca, y eso que es lunes. Hoy sería uno de esos lunes que, de no ser porque estamos en Junio (¡Junio! ¡PAU! ¡Gente diciéndome que estudie!), no iría a clase. Tendría dolor de cabeza, de barriga, de pies, o todo junto, no lo sé, pero sería incapaz. De hecho, someterme a una de esas horas que arrastran a la eternidad los segundos se me antoja inconcebible. Debería haber ido a filosofía pero hay varias razones para no ir: 1º Nadie había hecho el texto que íbamos a corregir (nadie es nadie, ni siquiera aquellos que siempre llevan las cosas hechas, 2º El 99% de la clase creo que iba a tomar un café (bueno, es exagerar, quiere decir que todos menos yo y los otros que hubieran decidido irse a: a) casa b) hacer un recado c) insértese otro que no sea clase), 3º Tenía sueño. No me hacen falta más razones, de hecho con esta última me sobraba, pero bueno, por si acaso. Cabe destacar que, pese a volver a casa y tumbarme, no fui quién a dormirme y después de remolonear una hora en la cama, estilo fritura (vuelta y vuelta), volví aquí abajo a vaguear de otro modo, quizá más productivo, quizá igual. Pensar es un asco, en todos los aspectos, es el peor de mis vicios, y eso que tengo unos cuantos.
Bien, relatado mi estado actual de destroce, vamos con los motivos, que por otro lado no son nada sorprendentes. Este viernes fue mi graduación. Vestirse de traje, ir a una ceremonia aburridísima, una cena insulsa, sin mucha sustancia (en todos los sentidos), garabatear un poco por la sala mis pasos a zancada ligera, y mis huellas en múltiples sillas, sólo por no bailar ni parlotear de tonterías (que por otro lado, era la mejor de las opciones). Por en medio fotos, muchas fotos, demasiadas fotos de las cuales dudo que vea la mitad, pero son fotos.
Interrumpimos la programación para un apunte de última hora, sí que hubo clase de filosofía me cuentan por el frente. Fueron un total de 2 personas. Dieron la clase en un café. Sigo sin arrepentirme ni un ápice de raíz de cebolla roja (que puede servir por sus meristemos para hacer una planta, vaya ud. a saber, lo que hacen las prácticas) de haber faltado, que les aproveche el café.
Volvemos con la programación. Conseguimos largarnos (bueno, consigo que se decidan los que pensaban en ir a echar un duro) y con un taxi llegamos a echar un duro. Cantidades de mocho normales que, con lo empachado que iba de sangría y comida, consiguieron que mi estómago rugiera bastante. Cabe destacar que la parte femenina del duro me repartió bastante duro (en teoría "devolviendo" lo que les mandaba) y la parte masculina mandaba aleatoriamente, con lo que como se suele decir "siempre toca, siempre toca, si no es un vaso, medio a la boca" (con ciertas licencias, vale). Al final tocó irse al Tribeka (para los que no lo sepan, antro infame del inframundo que consiste en discoteca pija de tres plantas), cacharros, sofá, hablar con gente (la que podía hacerlo y tenía un mínimo de gracia, que no era tan fácil). Luego se salió del susodicho lugar, pasando horas en el exterior hasta la hora de apertura de las primeras cafeterías. Y venga, a desayunar. Gente comiendo chocolate con churros, colacao... ¿mi desayuno? Una cerveza. Para mí era la última, no la primera, y mi estómago milagrosamente aguantó el trago, después de cacharrejos varios por aquél sitio infame (que no me sajaron tanto la economía por no ser todos pagados por mí). Volvemos arrastrándonos a casa. Saludamos a mi madre que se levantó cuando entré, me despido porque se va hasta el día siguiente (véase domingo, ayer), y tras quitarme la ropa de mala manera me tiro en la cama.
Sábado (ya lo era antes, pero lo divido en "Viernes y Sábado" para tener una mejor noción, y sobre todo más fácil). A la una tocan, arriba. Odio mi capacidad para dormir poco cuando salgo mucho (cuando no salgo mucho también la tengo, pero se nota menos). Me levanto, espero, espero, espero (en el ordenador, hablando y esas cosas), son las 4.30, ya es hora de hacer la comida o algo parecido. Acabo de comer a las 5.30. A las 6 entro a la ducha. A las 6.25 salgo. A las 6.35 llego, no hay nadie. Habíamos quedado a las 6.30, genial. Voy al supermercado, con dos que me encontré por el camino. Allí están comprando. Nos mandan a otro y a mí de emisarios especiales a otro supermercado a comprar vasos (y vino). Llegamos, vimos y compramos. Volvemos pareciendo lo más cutre del mundo a la cajera (no sé qué cara se os quedaría si os compraran vasos de plástico, dos cartones de vino y unas gominolas dos tíos vestidos como nosotros, que no requiere de explicación). Subimos al cerro. Estamos un rato tomando cacharros y demás, molestando más a mi estómago. Hablo con gente variada y múltiple, hago el chorras mucho, a las 8 toca bajar al rock con Jandro. Entramos, cacharro para él, pasamos al futbolín y lo limpiamos. Después nos vamos, aprovechando la visita de Fer y Carla (que aún así no nos esperaron). Jandro para casa, malditos exámenes, yo para arriba con Valeria. Más tiempo arriba, más risas, más bebida. Vuelta por el cerro y ya están bajando para el rock. Llegamos más tarde, mocho que me tengo que llevar porque demasiado rápido se están yendo a cenar. Pizzamovil, también nos toca irnos de allí, esta vez porque cierran. Conclusión, parque y a cenar, que no estaba lejos. Hacemos el chorras por el parque, como manda la tradición (mantendré en mi memoria eternamente la imagen de alex montado en un caballito de esos que se balancean, que parecía que iba a caerse por todos lados, como es pequeño...). Luego más Rock, y tocó futbolín. Tras un período de entre 1 y 2 horas ininterrumpidas jugando codo con codo con mi huésped (=)) el cansancio comenzó a pesar. Fuimos a buscar a gente en donde debería estar (quizá algo tarde). Los del cumpleaños recogidos hace tiempo. Toca ir a casa. Allí tonterías, y finalmente intentar dormir. ¿Conseguido? No, imposible. Ni a uno ni a otra llega el sueño. A las 12 de la mañana, por poner una hora, a la parada de bus estilo zombie. Por en medio risas a través de una pregunta incómoda de una 3ª. Luego a casa. Esperar un poco a que llamen mis padres, porque si me duermo sería peor despertarme. Hacer la comida, que el domingo sí toca a una hora normal, y comer. Son las 3.30, tengo que picar a un colega a las 5.30, tampoco hay tiempo. Remolonear un poco y levantarse para ir a la ducha. Llegar algo tarde y ala, a las puertas del Molinón. Entrada vendida, 60€, nos volvemos. Paramos en su casa a ver el partido. Casi me duermo en, al menos, 3 ocasiones durante la primera parte. Comentarios del partido me sacaron de mi trance. Llegó otro amigo y a seguir viéndolo, un poco mejor. Después palomitas, el remedio para el sueño. No es que tenga cafeína ni nada así, pero mientras esté entretenido en cogerlas no me podré dormir. Se acaba el partido, por la calle fiesta y gilipollas. Yo con mi amigo para casa. Le acompaño un poco más de lo que debería, pero bueno. Volvemos a casa, hablar con mis padres de graduación y finde. Ordenador hasta la cena, que fue tarde. Un poco más de ordenador, no sé por qué, y a las 12.15, con casi 36h sin dormir, a la cama.
Hoy me levanté a las 10.30 sólo porque iban a dar regalos a los profesores. Una vez hecho esto, me vuelvo a mi guarida y lo relevante ya ha sido contado. Me he saltado muuuuchas anécdotas y cosas, pero si lo cuento detalladamente igual me da para un libro, pequeñito por lo menos.
Bien, relatado mi estado actual de destroce, vamos con los motivos, que por otro lado no son nada sorprendentes. Este viernes fue mi graduación. Vestirse de traje, ir a una ceremonia aburridísima, una cena insulsa, sin mucha sustancia (en todos los sentidos), garabatear un poco por la sala mis pasos a zancada ligera, y mis huellas en múltiples sillas, sólo por no bailar ni parlotear de tonterías (que por otro lado, era la mejor de las opciones). Por en medio fotos, muchas fotos, demasiadas fotos de las cuales dudo que vea la mitad, pero son fotos.
Interrumpimos la programación para un apunte de última hora, sí que hubo clase de filosofía me cuentan por el frente. Fueron un total de 2 personas. Dieron la clase en un café. Sigo sin arrepentirme ni un ápice de raíz de cebolla roja (que puede servir por sus meristemos para hacer una planta, vaya ud. a saber, lo que hacen las prácticas) de haber faltado, que les aproveche el café.
Volvemos con la programación. Conseguimos largarnos (bueno, consigo que se decidan los que pensaban en ir a echar un duro) y con un taxi llegamos a echar un duro. Cantidades de mocho normales que, con lo empachado que iba de sangría y comida, consiguieron que mi estómago rugiera bastante. Cabe destacar que la parte femenina del duro me repartió bastante duro (en teoría "devolviendo" lo que les mandaba) y la parte masculina mandaba aleatoriamente, con lo que como se suele decir "siempre toca, siempre toca, si no es un vaso, medio a la boca" (con ciertas licencias, vale). Al final tocó irse al Tribeka (para los que no lo sepan, antro infame del inframundo que consiste en discoteca pija de tres plantas), cacharros, sofá, hablar con gente (la que podía hacerlo y tenía un mínimo de gracia, que no era tan fácil). Luego se salió del susodicho lugar, pasando horas en el exterior hasta la hora de apertura de las primeras cafeterías. Y venga, a desayunar. Gente comiendo chocolate con churros, colacao... ¿mi desayuno? Una cerveza. Para mí era la última, no la primera, y mi estómago milagrosamente aguantó el trago, después de cacharrejos varios por aquél sitio infame (que no me sajaron tanto la economía por no ser todos pagados por mí). Volvemos arrastrándonos a casa. Saludamos a mi madre que se levantó cuando entré, me despido porque se va hasta el día siguiente (véase domingo, ayer), y tras quitarme la ropa de mala manera me tiro en la cama.
Sábado (ya lo era antes, pero lo divido en "Viernes y Sábado" para tener una mejor noción, y sobre todo más fácil). A la una tocan, arriba. Odio mi capacidad para dormir poco cuando salgo mucho (cuando no salgo mucho también la tengo, pero se nota menos). Me levanto, espero, espero, espero (en el ordenador, hablando y esas cosas), son las 4.30, ya es hora de hacer la comida o algo parecido. Acabo de comer a las 5.30. A las 6 entro a la ducha. A las 6.25 salgo. A las 6.35 llego, no hay nadie. Habíamos quedado a las 6.30, genial. Voy al supermercado, con dos que me encontré por el camino. Allí están comprando. Nos mandan a otro y a mí de emisarios especiales a otro supermercado a comprar vasos (y vino). Llegamos, vimos y compramos. Volvemos pareciendo lo más cutre del mundo a la cajera (no sé qué cara se os quedaría si os compraran vasos de plástico, dos cartones de vino y unas gominolas dos tíos vestidos como nosotros, que no requiere de explicación). Subimos al cerro. Estamos un rato tomando cacharros y demás, molestando más a mi estómago. Hablo con gente variada y múltiple, hago el chorras mucho, a las 8 toca bajar al rock con Jandro. Entramos, cacharro para él, pasamos al futbolín y lo limpiamos. Después nos vamos, aprovechando la visita de Fer y Carla (que aún así no nos esperaron). Jandro para casa, malditos exámenes, yo para arriba con Valeria. Más tiempo arriba, más risas, más bebida. Vuelta por el cerro y ya están bajando para el rock. Llegamos más tarde, mocho que me tengo que llevar porque demasiado rápido se están yendo a cenar. Pizzamovil, también nos toca irnos de allí, esta vez porque cierran. Conclusión, parque y a cenar, que no estaba lejos. Hacemos el chorras por el parque, como manda la tradición (mantendré en mi memoria eternamente la imagen de alex montado en un caballito de esos que se balancean, que parecía que iba a caerse por todos lados, como es pequeño...). Luego más Rock, y tocó futbolín. Tras un período de entre 1 y 2 horas ininterrumpidas jugando codo con codo con mi huésped (=)) el cansancio comenzó a pesar. Fuimos a buscar a gente en donde debería estar (quizá algo tarde). Los del cumpleaños recogidos hace tiempo. Toca ir a casa. Allí tonterías, y finalmente intentar dormir. ¿Conseguido? No, imposible. Ni a uno ni a otra llega el sueño. A las 12 de la mañana, por poner una hora, a la parada de bus estilo zombie. Por en medio risas a través de una pregunta incómoda de una 3ª. Luego a casa. Esperar un poco a que llamen mis padres, porque si me duermo sería peor despertarme. Hacer la comida, que el domingo sí toca a una hora normal, y comer. Son las 3.30, tengo que picar a un colega a las 5.30, tampoco hay tiempo. Remolonear un poco y levantarse para ir a la ducha. Llegar algo tarde y ala, a las puertas del Molinón. Entrada vendida, 60€, nos volvemos. Paramos en su casa a ver el partido. Casi me duermo en, al menos, 3 ocasiones durante la primera parte. Comentarios del partido me sacaron de mi trance. Llegó otro amigo y a seguir viéndolo, un poco mejor. Después palomitas, el remedio para el sueño. No es que tenga cafeína ni nada así, pero mientras esté entretenido en cogerlas no me podré dormir. Se acaba el partido, por la calle fiesta y gilipollas. Yo con mi amigo para casa. Le acompaño un poco más de lo que debería, pero bueno. Volvemos a casa, hablar con mis padres de graduación y finde. Ordenador hasta la cena, que fue tarde. Un poco más de ordenador, no sé por qué, y a las 12.15, con casi 36h sin dormir, a la cama.
Hoy me levanté a las 10.30 sólo porque iban a dar regalos a los profesores. Una vez hecho esto, me vuelvo a mi guarida y lo relevante ya ha sido contado. Me he saltado muuuuchas anécdotas y cosas, pero si lo cuento detalladamente igual me da para un libro, pequeñito por lo menos.
Esto sí ha sido una crónica de una muerte anunciada.
2 comentarios:
Waaala. Has contado muchísimo. Y has hecho que mi fin de semana parezca más insulso de lo que ya sabía que había sido.
Me has recordado muchas cosas, por ejemplo mi cena de graduación. Jo, me lo pasé muy bien, no había hablado con la mayoría de la gente de mi curso, iba sin ninguna gana, y acabé con ellos, casi llorando a las 7 de la mañana, con un chupito del peor whisky jamás inventado (maldito Ballantines)y buscando la San Ginés, que es el sitiomíticodedesayunosdespuésdefiestas de Madrid.
Por otro lado: no, no me equivoqué, yo me refería a la 199-1. Pensaba explicártelo en el comentario, y no lo hice porque lo vi innecesario, y ahora la verdad es que no me acuerdo de la tontería que pensé en el momento, y ya ha pasado el momento de explicarlo, así que da igual. xD
Y por último: puedo deducir que pensaste? o, al menos que actuaste?
(Uhm. Patricia te estás metiendo donde no te llaman(8)) Curiosidad gatuna que no hace falta que quede satisfecha, por otro aldo.
Y ya, que te he escrito como una biblia, más o menos.
No! Tengo una última pregunta!
Un cacharro es lo mismo que un mini/cachi?
Ilumina mi incultura madrileñizada!
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