sábado, 4 de julio de 2009

Yo quiero ser como Albertucho

Porque estaría bien ser un artista. Sí, ayer tocaron conciertos, de nuevo, y no fue un mal día. Cansado quizás, pero eso tiene más pinta de ser por el deporte y la falta de sueño que de unos conciertos tranquilitos. El día empezó con Despistaos, que duró hasta que nos enteramos de que Albertucho tocaba en otro escenario, es decir, casi al final. Pequeña caminata y llegamos al parque. Pablo Valdés dio un concierto interesante, mientras parecía algo alegre por momentos, pero no hay queja. El espectáculo llegó con el sevillano. Con más de mil kilómetros de distancia de su tierra natal, ya llevaba media botella de DYC entre pecho y espalda al saltar al escenario. Cabe destacar el coraje por beber esa ponzoña que algunos quieren llamar whisky a palo seco, es cierto, pero aún así... Los resultados se vieron, no en la calidad del concierto, que no tiene tacha, sino en los tumbos que daba por el escenario, varias veces a punto de caer. Fue entretenido, y me gustaría, sin duda, tener un par de botellas de absolut para saltar a un escenario.

viernes, 3 de julio de 2009

Metalway III

Última crónica del inolvidable (para bien y para mal) viaje.


Viernes 26:
Arriba a las 10. El dolor es considerable, tras una noche de alcohol, levantarse parece una odisea. Cuando estamos diego y yo levantados, casti y javi permanecen desaparecidos. Decidimos entonces desayunar, y al poco de acabar (cabe destacar que nos lo tomamos con calma, mucha calma) llegan la pareja desaparecida. Nos dicen que hay mucha gente en la cola, y que ni de coña pillamos primera, pero diego y yo con valentía comenzamos a caminar hacia la cola, hacia la espera de siempre. Llegamos allí y, por suerte, aún no han abierto puertas. Cuando lo hacen, estampida de gente una vez son registrados y en el interior calma, algunos hasta hacían cola para ir a las tiendas. Logro colocarme a la derecha del escenario, bastante, pero en primera fila al fin y al cabo. Más tarde llegan casti y javi, que se sorprenden de que llegáramos a primera. Estamos un rato. El primer grupo es Black Stone Cherry, que pese a lo que nos reímos de mushra por su nombre, no estuvo mal del todo. No sabría si calificarlo rock, hardrock, metalcore o algo raro simplemente, pero fue aceptable y entretenido. Cuando acabaron dejé mi sitio y me fui a mirar tiendas un rato, más que nada para matar la media hora que tenía entre concierto y concierto que, sumadas, son mortales. Cuando volví me encontré a Prong en pleno apogeo. ¿Qué decir de ellos que no se explique con la frase que fue nuestra conclusión?: Han hecho Thrash metal, hardrock, ... y ahora industrial, ¿es que no se dan cuenta de que algo falla si no aciertan con nada? Lo siguiente no fue mucho mejor. Mucho nombre para Epica, pero poca ciencia. Lucir a Simone Simone, que sin duda tiene un polvo, pero poco más se puede sacar de aquél concierto. Bueno, eso y que a casti y a mí nos levantaron la púa del grupo un par de guajes que estaban en el foso (odio eterno les guardamos). Lo siguiente fue Amon Amarth. Lo único que puedo decir: BRUTALES. Sin duda, para mí, lo mejor del día. Viking Death metal, si se lo quiere llamar así, del bueno. Caña, aspecto épico, un buen setlist y una actuación intachable. Lo único que sirvió para salvar la mañana y no conseguir el tedio absoluto. Tesla fue el Drenthe de la vida (para quién lo entienda), es decir, muchas esperanzas y poco resultado. Cuando leímos hardrock, pensamos que podía ser decente. Después de oír cómo empezaba, definitivamente no. Lo único que, desde mi punto de vista saltó un poco el tedio, fueron las dos... ¿inglesas? que tuvimos detrás en el concierto, fans de Tesla. Cuando me quité la camiseta (una de las tantas veces, puñetero calor), despreciando por desespero el riesgo de quemarme, me ofreció crema en francés y en inglés (no en ese orden). Agradecido, acepté con "yes please" (tras debatirme entre un sí, un yes y un oui), y cuál es mi sorpresa cuando se puso a dármela ella. Casti me animó a decir tras ello "gracias mamá", pero preferí quedarme en un gracias y ver el concierto (un error lo último). Tras Tesla, casti y javi nos abandonaron por momentos para volver más tarde. Deberían no haber vuelto, y de hecho se fueron, ya que Tarja no tuvo nada. Hasta le falló (por suerte, desde mi punto de vista) el teclado. Esto permitió que el batería (Mike nosequé, me lo dijeron, y me dijeron que es famoso) se luciera con un par de solos y salvara el concierto, con su cresta rubia (por si os dice algo). Aproveché para ir al baño, y debería haberme quedado allí, porque no habría salido nada más repetitivo (por imposible) que el instrumental concierto de Apocalyptica. Yo no sabía lo que era exactamente, hasta que me cayó encima. Sólo puedo decir: dolor, mucho dolor. Queensryche prometían... hasta que leímos que era progresivo. Luego demostraron ser algo raro, aparte de dar un mal concierto. Lo único bueno fue que acabaron 20 minutos antes, reduciendo el retraso que más tarde llegaría. 25 aniversario de Twisted Sister, y buen espectáculo. No hay queja (bueno sí, cómo vistieron, pero son glam metal al fin y al cabo) de una actuación que animó el tedio acumulado durante muchas horas. Tras esto, llegó el cerdo de guerra británico. Motorhead con Lemy a la cabeza dieron la caña que sólo Amon Amarth habían presentado hasta el momento, con un tono macarra y socarrón, aparte de una voz cazayera e ininteligible como pocas (para que digan luego de mí). Tras el buldozer, llegó la hora del espectáculo. La reunión de Warlock, con Doro a la cabeza, fue genial. No es que sea un grupo que me llame la atención, pero la actuación fue muy buena, y el sonido otro tanto. Sorprendente fue también lo buena que está. Los 45 años no parecen pesarle en absoluto (cualquiera le echa 25 y se queda tan ancho, y muy buena para tener 25 años). Fue más heavy y estaba más buena que tarja y simone juntas, y desde luego fue la excepción en el campo femenino. Vuelta al campamento, cena de sandwiches con calimocho y a la cama.


Sábado 27:
Me despierto, primero de mala leche por haber dejado una "cortina" abierta y que me despertara el sol, segundo extrañado porque no me hayan despertado, ya que en teoría habían puesto el despertador para las 8.30. Miro al cabo de un poco el reloj y son las nueve. Me aventuro a despertar a diego, a casti y a javi en ese orden, y descubrimos que el "despertador" de javi era mental. Pasadas las ganas de matarle nos ponemos en pie todos, menos javi, y vamos con las cosas de desayunar a la cola. Llegados allí, hay un solo tío. A esperar y desayunar. Mi primera comida del día fue muy, muy escasa. De hecho, demasiado escasa, pero no tenía hambre. Tras hacer turnos para ir a la gasolinera a adornar la naturaleza, volvimos y abrieron puertas. En ese momento me tocó a mí el papel de Usaín Bolt. Saliendo segundo (desde mi fila, había 4) galopada del abismo para llegar a primera fila en buen sitio. El italiano, que había salido antes, acabó ganando por un metro, pero él iba al centro y yo a la derecha, así que dejándonos caer sobre la barra, no hubo inconveniente ninguno. Después llegaron ellos, y tras esto fui a tomar algo de aire y recoger botellas para llenarlas de agua, en previsión de una dura jornada. Pasé por las tiendas, miré cosas, y respiré. Cuando volví ya estaba javi allí, y descansamos un rato más. Empezó Holyhell, grupo protegido de Manowar. Nada del otro mundo, más chochometal del que sobra. Lo único salvable quizá, la versión que hicieron al final del Holy diver, pero donde esté Killswitch que se quite lo demás... Tras media hora de pausa publicitaria, comenzó Candlemass. No se las prometía muy bien, y yo fui de los que apostó a que el concierto sería malo. Me congratulo, sin gusto, de haber acertado. El cantante no llegaba en absoluto a lo que se esperaba, y tampoco hubo una gran solución instrumental que lo paliara. Decepcionante. Como tercer plato unos Primal Fear de los que esperaba más, y que además de no ser tanto como pretendía que fueran, tuvieron que lidiar con problemas de sonido, que la voz desaparecía por momentos. Acabados estos, me tocó correr a la carpa a ver a Destruction. Fue un riesgo, ya que pude haber perdido mi sitio en primera fila, pero uno de los miembros del tridente europeo se lo merece. Empecé en la 15ª fila o así el concierto, carpa a rebosar desde antes de que llegara. No obstante, la suerte se alió conmigo (aunque tampoco me sorprendió demasiado). Pogos desde las primeras notas hicieron que mi posición variara sustancialmente hasta la tercera fila, aguantando aún así golpes por la espalda. A partir de entonces brutalidad injustificada, o justificada, como se quiera ver. Un concierto genial, se mire por donde se mire. Al cabo del tiempo, logré coger una fila más, pero no fue suficiente para lograr la ansiada púa. Sin embargo, el viaje mereció la pena de todas todas. A la vuelta, recoger un par de botellas de agua para llenarlas y aprovechar para ir por última vez al baño antes del resto de conciertos. Logré llegar tras Pretty Maid, que no me parecieron nada del otro mundo, y mientras diego había perdido parte de mi sitio. No obstante, poco después de entrar fue recuperado (pese a que numerosas veces el sitio de diego fuera usupado, en ocasiones por una tía, lo que promovió un desplazamiento hacia la izquierda). Tocaron Dark Tranquility y Moonspell. Los primeros, pese a parecer un poco gayers y poco animados, dieron un buen concierto, con caña. Los segundos, hicieron que me pusiera tapones en los oídos y agachara la cabeza para pasar del tedio. Los intentos de atacarnos el espacio por la derecha cesaron tras ver antes de mi llegada que casti no cedía, y ver que tras la mía, su sitio había sido reducido por mí. El tormento fue la derecha, pero se pudo sobrevivir. Tras estos, comenzaron Gotthard. Hardrock melódico, según el poco fiable folleto, mojabragas, según nosotros. Salieron los tíos al escenario y lo hicieron bien. No puedo quejarme de nada, salvo que fueran ellos. No es mi estilo, para nada, pero es lo que tuve que ver, y así siguió la cosa. Mi desesperación, cómo no, en aumento. Aún más en la hora de espera, tras un montón de horas sin ir al baño, y viendo que después se me venía encima Stratovarius. No me quejo de que lo hicieran mal, reiteraré, al igual que los anteriores, pero NO me gusta el power metal, y por tanto, aunque hicieran un conciertazo y todo lo que quisieran, no me gustó. Luego les llegó el turno a immortal. Empezando de manera poco convincente, fueron de menos a más y acabaron con una tralla brutal. Fuego y petartos para animar la fiesta y mucho moshing. También mucho gilipollas detrás, pidiendo sitio en la valla, soltando sandeces y rayando con su borrachera. A punto estuvimos de acabar a malas con los capullos estos, pero al final tanto unos como otros se fueron. Personalmente, después del concierto de Manowar no me hubiera importado saludarles, y de hecho eché en falta eso al final, por todo el tiempo que tuvimos que estar aguantándolos. Acabados Immortal, llegó Manowar. De ellos, decir que fueron un show. Pueden gustar más o menos, pero hicieron, más que un concierto, un espectáculo. Hay gente que se queja, a mí no me disgustó, aunque con menos conciertos y menos cansancio entre pecho y espalda lo hubiera disfrutado más. Como anécdotas, el ayudar a conseguir la toalla del cantante, y la pelea por la baqueta entre diego y javi, con victoria para este último. Cabe también destacarse un sujetador arrojado sin éxito al escenario. Tras los fuegos artificiales, y destrozado por haber estado haciendo la señal del martillo toda la última canción, fuimos al baño y a las tiendas. Cayeron algunos parches y la camiseta de Destruction, que bien se lo habían ganado. Fuimos entonces a por una pizza a la gasolinera, y para nuestra desgracia estaba cerrada por falta de gente y suministro. Tocó cenar de bocadillo y acabarse la cerveza y el vodka, antes de dormir.


Domingo 28:
Empieza el día, desayunamos algo y a recoger. Recojo yo y jimy sigue muriéndose en su tienda. Comatoso, con pinta de yonki y quemado, no hay mucho más que decir. Casti lleva a mara, yoshi, andrea y gabi a la estación. Javi también terminó, y diego se pasa el tiempo vagueando, así que voy con el primero a dar una vuelta por ahí. Nuestro vagabundeo consigue una colchoneta y un vaso de Jack Daniels. Viva revolver los rastrojos. Vuelve casti, y por fin diego se pone a hacer algo, y jimy parecido. El sufrimiento llega con la tienda, cuando las piquetas se niegan a salir. No hay forma de escapar de aquél desierto, y encima la tienda de diego muestra una incapacidada manifiesta a ser guardada en poco espacio, además de no tener bolsa propia. Esto se traduce en más desesperación y cabreo. Al fin logramos meterlo todo en el coche, sin bien el toldo al que echamos el ojo, por culpa de lo mal doblado de todo, no cupo dentro. Comienza la marcha, y paramos al poco, en la capital, para ir a la piscina. Jimy pide a diego para entrar en la piscina, y nos ponemos a remojo. Comemos luego bocadillos: Casti dos, yo le sigo igual, diego queda con uno, y jimy con sobras o, más bien, limosna de los tres (problemas de perder la entrada y tener que comprar otra). Comenzamos el viaje, y recorremos camino hasta un pueblo, en el que paramos. Jimy intenta acometer el jamón, pero dado que eran las últimas provisiones y que todos estábamos igual que él, logramos impedir la devacle. Jugamos al fútbol, guardamos mejor las cosas y las ordenamos para la salida. Ponemos un buen rato después rumbo a gijón de nuevo. Horas más tarde paramos en una gasolinera. Llegamos para comprar algo de comer, aperitivo más que nada, y ver el empate de brasil a EEUU en la final de la copa confederaciones. Tras un rato allí, nos volvemos a ir. Llegamos a León, coincidiendo con las fiestas. Significa esto que, mientras casti subía a casa de su hermano, diego y jimy quedaron al lado del coche cuidándolo, y yo unos metros más lejos, a ver los melancólicos fuegos artificiales. Siguiente suceso, bajan su hermano y él, con galletas, chocolate y algo de beber. Eso y el jamón son apurados, última comida hasta casa. Tras salir de León, mis intentos de resistir el sueño fueron vanos, y caí hasta en dos ocasiones. Cuando despierto ya estamos en Gijón. Abandonamos a James en su casa, y por fin me tiran a mí en la mía. Me espera mi madre en la puerta, ya avisada, y a las dos de la mañana estoy entrando en casa. Un cacho de pizza, lavarse los dientes y a dormir. Se acabó, por fin, la epopeya.

miércoles, 1 de julio de 2009

Metalway II

Segunda entrega de esta serie de disparatadas aventuras heavys por las altas tierras del reino de Aragón.

Domingo 21:
Dormir. Importante para la actividad humana, tras lo destrozados que acabamos en el concierto de Barón Rojo no nos quedó otra alternativa, y visto que la lista de primera mañana incluía the cannibal queen, lauren harris, heaven's basement y lita ford, nos llamó más la atención quedarnos en las proximidades de la tienda y sobrevivir a base de comer, beber y descansar. A las tres y algo fue cuando decidimos emprender la marcha, ya que se acercaba Saxon. Un concierto de Paradise Lost en segunda fila fue lo primero que vimos, y que nos hizo desear no haber ido, realmente, por lo insulso y pesado del espectáculo. Después descubrimos que no tocaban Saxon, sino que era Jon Oliva's Pain el grupo elegido. Tras descubrir que era prácticamente Savatage, sólo que con distinto nombre, la cosa no pintaba tan mal. Por suerte, en esta ocasión se cumplieron nuestros presagios y "El aceituno", como fue apodado por nosotros, dio un buen concierto. No hay queja de él, animado, entretenido, y una de las pocas alegrías que nos daría aquél día. Para ese momento, ya había pasado de la segunda fila inicial a una primera, en la que éramos "amigos" de nuestro vecino de la derecha, que hasta nos había dado vino. Me marche un rato antes de que empezara Opeth, dejando a casti en mi sitio, ya que necesitaba aire. No pude, sin embargo, volver más allá de la quinta fila. Es increíble como el tedio que nos resultó Opeth pudo acercar a tanta gente al escenario. Sin embargo, tras acabar estos logré, con ayuda de casti, llegar a donde estaban ellos. Allí, nos cedió nuestro ya alcoholizado vecino su sitio para ver a Warcry. El grupo en sí estuvo bien, pero no me parecieron nada del otro mundo, y el fallo principal lo vi en un tracklist que incluía demasiadas canciones de discos nuevos. La frase "La quinta esencia, la primera mierda" ejemplifica a la perfección el sentimiento de muchos de nosotros, y sufrimos nuestra ración de canciones destrozafans. Acabado Warcry, el querido Rafabasa llegó a decirnos que Fear Factory, el grupo por el que había estado todo el día aguantando en primera línea, habían decidido cancelar el concierto y "todos los otros conciertos" avisando una hora antes. Jodienda brutal. Ya que estamos en primera fila, decidimos quedarnos para ver a Heaven & Hell y Saxon, que tampoco pintaban tan mal, pese a haberse perdido gran parte del aliciente para mí. Pasa la media hora de rigor y algo más, y se ve que empiezan a recoger un poco el escenario, despacio. Una ambulancia en el lado derecho del escenario, y nadie sabía nada ni decía nada. El público se empezaba a enfadar, y la tensión crecía. Mi mala leche iba en consonancia con la del resto de personas, aunque se veía bastante atenuada por el cansancio. Momento de extrañeza, una púa pasa volando por delante de la primera fila y va a pararse a poca distancia a mi izquierda. Yo digo "casti cógeme", casti dice "yo te sujeto", ninguno oye al otro pero al instante siguiente estoy volando por encima de la valla sujeto por los tobillos, para pasmo de las dos chicas que tenía a mi izquierda, y medio segundo más tarde, con la púa en la mano, me impulsaba de vuelta arriba. Púa de Black Sabbath (véase Heaven & Hell). Unos minutos más tarde, con el escenario ya deshecho, aparecía Rafabasa diciendo que se había lesionado la espalda el guitarrista, y que esperaban noticias. Un rato más tarde, y tras una serie de cánticos bastante despectivos, entre los que se contaban "rafa da la cara", "que salga rafabasa" o el manido "hijos de puta", salió acompañado por Heaven & Hell diciendo que no tocaban. Lo cuál, tanto por el escenario ya desmantelado como por la batería de Saxon detrás, ya se intuía. A falta de los dos cabezas de cartel, decidimos quedarnos al concierto de Saxon, que estuvo bastante bien, aunque no sirvió para compensar las dos carencias. Vuelta tras esto a la tienda a dormir, sin muchas más anécdotas por delante.


Lunes 22:
Cuarto día en el desierto, primer día sin conciertos. Arriba a la hora que nos dio la gana, vamos a desayunar a la carpa, que al menos no tira el aire. Es curioso vernos a nosotros con cereales, leche y galletas, y otros con calimocho y cervezas, qué mal repartido está el mundo, pero enfin. Decidimos algo más tarde bajar a Zaragoza, a ver qué había por allí, así que coche al canto y rumbo a la civilización. Increíblemente, minutos más tarde estábamos aparcados (habiendo dejado a Jimy en la estación) entre edificios. Hicimos una compra para sobrevivir con algo de comida, ya que el camping gas con el viento existente no era muy recomendable. Lo siguiente fue adquirir unos tapones para los oídos que nos libraran de grupos como Opeth, al mismo tiempo que preservaran la integridad de nuestros malheridos órganos auditivos. Lo siguiente fue visitar la Basílica del Pilar, y dar una vuelta por el centro. Tras una breve visita a la oficina de turismo, decidimos ver qué tal era la playa de Zaragoza. Sorpresa nuestra, era una "playa", véase charca de pago con algo de arena. Decidimos ir al día siguiente, y vamos a un parque a hacer el ganso y comer. Resulta que al lado hay una piscina con jornada de puertas abiertas justamente ese día. Se ilumina la bombillita, casti y javi van a buscar a Vilches y Andrea mientras Diego y yo vamos a una óptica, a una cafetería y vegetamos un rato. Entramos más tarde en la piscina, un buen baño, un buen póker y a las 9.30, cuando cerraban, fuera. Acabamos haciendo un camping gas en el parque para cocinar unos macarrones. La escena era totalmente típica de unos vagabundos, y poco más que eso debíamos parecer. Tras comer, subió casti con javi a vilches y andrea, mientras diego y yo vegetábamos un poco de noche por allí, y más tarde nos llegó el turno. Tras beber un poco por la carpa de noche, finalmente fuimos a dormir.


Martes 23:
Al siguiente día hicimos un descenso de nuevo a la piscina. En él, por el camino, dejamos a Vilches y Andrea compramos comida, comimos bocadillos y cosas de esas que se suelen hacer. Es agradable sentirse parte de la ciudad. El día pasó entre agua, alcohol y bocadillos, sin noticias destacables.


Miércoles 24:
Su parecido con su homólogo anterior es asombroso. La diferencia fue que esta vez no tuvimos que dejar a nadie en la parada del bus. Fuimos a ver el partido de España después de la piscina, cuyo resultado nos dejó con cara de gilipollas, aunque con un poco de cerveza en el cuerpo lo superamos. Al menos variamos un poco y cenamos unos macarrones, al contrario que el arroz del día anterior. El póker iba ganando enteros. De hecho, la noche de ese día la pasamos jugando al póker con unos extraños. Destacaré que en esa partida, aparte de ser el nuevo, que aparentemente sabía, el primero en irse, gané yo. Calimocho de por medio, nos fuimos a dormir hasta el día siguiente.


Jueves 25:
Y llegó la víspera de los conciertos, de nuevo. Estábamos más o menos recuperados del fin de semana pasado, pese a que el calor impidiera dormir más allás de las 10 de la mañana, o tirando por lo alto las 11. Decidimos entonces bajar a ver la catedral. Muy bonita por fuera, diego y yo escogimos no pagar los 3€ de entrada, que parecían abusibos. En su lugar fuimos al merkadona, a comprar algo de comer. Hinchada a galletas más tarde, salieron casti y javi de la catedral, y con apenas un cuarto de hora de descanso visitamos el buffet libre. Allí, con diego pasando de comer, nos alimentamos para prácticamente todo el fin de semana (tanto por la cantidad que comimos como por lo que comeríamos más tarde). Diego robó un trozo de pizza de la que nos íbamos, y tras salir de allí fuimos a vegetar delante de la catedral, en la que el número 4 del reloj, en latín, rezaba de la siguiente forma IIII. Superando esta atrocidad para la vista, volvimos al campamento a ver si habían llegado gabi, andrea, mara, yoshi y jimy, pero tardó bastante tiempo en suceder su presencia. Tras esta, a los cinco minutos volvimos a la piscina. Salimos de allí limpios, aunque no nos serviría de mucho, y volvimos al campamento. Allí nos esperaban andrea, gabi y jimy mojados, los dos últimos algo y muy alegres respectivamente. Jimy fue arrojado por gabi y por mí al agua de nuevo, y luego nos pusimos a beber calimocho y cerveza antes de cenar. Cenaríamos después, y el vodka palero que horas antes compráramos bajaría de forma rápida y nada discreta gracias a mí. Eso, sumado a un pique de vino que terminó en beberse cachis a dos tragos la unidad, provocó que acabara dejando mi hígado en el metalway. Acostándome a las 3.30 de la mañana (al contrario que diego, javi y jimy, que hasta las 5 o así no volvieron de unas ruinas raras, y un poco después que casti), murió el día.