Aguanto la respiración
no puedo contenerla más,
intento frenar mis pasos
miento si niego pensar.
no creo que tenga que ver
que me esté volviendo animal
que mi rumbo se desboque
y mi respiración igual
que muerdo, ladro, siento
cada segundo que veo pasar.
Me deshilo en mil y un versos
que la aguja enebrará
no quiero andar sin tientos
sino esquivar el qué dirán.
Maldigo cada segundo
que decidí no actuar,
también cada momento
en que no decidí cambiar.
Ahora ya estoy enfilado
de deseos sin pesar,
drogado de mis pesares
ya no me molestarán.
Puedo abrir de piernas
la maldita soledad,
hacer crujir el frío
que me quiere acorralar
pues contra la pared
no me achanto, voy a matar.
¿Por qué?
Porque ya sé de dónde quiero comer
a donde bailar en quietud de soliloquio,
qué pareado es el que quiero recitar
contigo, perdido en un pajar,
con lágrimas de trigo por cama
y por luz tu sonrisa.
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