Entró el payaso en la sala llena de niños.
-¿Qué os gusta niños?
-¡Un unicornio! -dijo uno.
-¡Caramelos! -intentó imponerse otro.
-¡Dinosaurios! -agregó interesado un tercero.
-Los payasos muertos... -dejó ir uno más.
El payaso se pegó un tiro y murió.
El niño se murió de risa en medio de un pegajoso y semicoagulado charco de sangre de payaso.
3 comentarios:
Al menos murió sonrriendo y con su deseo cumplido.
¿... y qué le pasó al payaso para que su voluntad llegara a ser condicionada por la de cuatro críos?
Jooooooooooooooder, es cojonudo.
Su: fue el deber profesional, el código deontológico, el gustazo de un trabajo bien hecho.
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