Voy a escribir
Sí, últimamente ha estado muy abandonado (siendo generosos) el blog. No porque esté "trabajando" en alguna otra historia, de esas que cojen polvo entre cuatro paredes de bytes, en espera de ver la luz algún día, en algún concurso, o ser rescatadas en algún libro que quizá nunca llegue. Esta vez, simple y llanamente, no he estado escribiendo. No me siento orgulloso, quizá sí algo culpable, porque al fin y al cabo me llama este lienzo en blanco de la red, y lo bien que se amolda a mis manos mi pluma, mis 33 plumas, y alguna más de vez en cuando.
El problema llegó cuando no sentí esa llamada. No sentí esa motivación, que casi nunca me ha faltado desde que empecé a escribir. Tampoco, quizá en mi defensa, quizá como anécdota, sentí ninguna otra motivación. Tinta sin tintero, serrín sin prensar, agua sin río, potencia sin forma, que diría Aristóteles.
Hoy vuelvo a escribir como empecé, entres las brumas añoradas de un domingo, vapores de alcohol que se resisten a abandonarme y la melancolía del sin rumbo. Entre meditaciones de lo vaga que es la vida, y lo vago que soy yo. medio tirado medio echado, echando de más la televisión, echando de menos personas.
Quizá sea una forma de llenar vacíos, quizá sea un vacío en sí mismo que yo deba llenar. Sólo espero que no me vuelvan a abandonar las fuerzas que me hacen llenar estos falsos renglones de esta falsa tinta que tan real es.
Nunca he sentido el cepo del bloqueo del que muchos escritores hablan. Es más, al contrario, siempre me resultó muy fácil decir "Voy a escribir", pero si me faltan las fuerzas para pronunciar esas tres palabras no puedo.
Ahora, como capitán sin remos, me queda esperar que el viento sople en mi dirección e impulse el resto de mi ser. Sólo espero ser capaz de volar con él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario